La unificación de Yemen.-
La historia de esta pequeña zona de la península arábiga vino marcada durante los dos últimos siglos por la influencia que sobre ella ejercieron las diferentes potencias regionales, como el Imperio Otomano o Arabia Saudí, y coloniales, sobre todo Gran Bretaña.
Así, se llegó al S.XX con Yemen dividido. La zona norte estuvo en manos otomanas hasta 1918, aunque había gozado de una relativa autonomía desde hacía siete años. Los gobernantes, los imanes zaidies, reclamaron entonces la independencia del resto del país, en manos de los ingleses.
Estos accedieron a concederla en 1925 pero, sin embargo, se quedaron con la región de Adén como protectorado y, algo más tarde, ya directamente con el estatuto de colonia.
La trayectoria de ambas regiones fue, a partir de entonces, bastante diferente. Por una parte, Yemen del Norte vivió una cuasi permanente guerra civil. La primera, entre monárquicos (el Imán había sido derrocado, huyendo a Arabia Saudí, por un Golpe Militar que había establecido la república) y los propios republicanos. Cada uno gozó del apoyo de un país extranjero, en una constante que se mantendría. Así, el bando monárquico contó con la ayuda saudí, mientras que el republicano la obtuvo de Egipto.
Así, con sucesivas escaramuzas internas (lo que no era óbice para que, de vez en cuando, se atacará al sur donde estaban los británicos) se llegó a 1965, cuando el Rey Faisal y el Presidente Nasser intentan negociar la paz. Fue, sin embargo, la derrota árabe en la Guerra de los Seis Días, en el 67, lo que provocó que Egipto, uno de los derrotados, retirará las tropas del país.
A partir de ahí creció la influencia saudí hasta llegar a 1972, cuando se da el primer intentó serio de unificación con sus vecinos del sur.
Estos, Yemen del Sur, habían sufrido mientras tanto una evolución radicalmente diferente. Así, en 1958 se había creado le Federación de Arabia del Sur, pero siempre bajo la mirada y el permiso de los británicos. Sin embargo la aparición de grupos nacionalistas se hizo cada vez más fuerte y en 1967, los ingleses deciden abandonar la zona.
Nace así la República Popular Democrática de Yemen del Sur. Hay que tener en cuenta, que el mayor grupo anti colonialista había sido el Frente Marxista de Liberación Nacional, que se hizo con el poder tras la marcha de los británicos. Es por esto por lo que Yemen del Sur se convierte en el primer país árabe donde existe un régimen comunista.
Obviamente, esto lo convierte en un peón apetecible en la Guerra Fría y pronto la Unión Soviética hace acto de presencia y convierte la recién nacida república en uno de sus países satélites.
Llegamos así, con la existencia de dos regímenes absolutamente incompatibles, al primer intento de unificar el país, en 1972.
A pesar de un acuerdo previo para reunirse, ni siquiera llegaron a verse las caras y luego las circunstancias internas evitaron nuevos acercamientos.
Varios golpes de estado sucesivos, tanto en el norte como en el sur, impidieron cualquier acercamiento. Hay que resaltar que esta inestabilidad en el plano interior no impedía que cada uno de los países se olvidará del otro. De hecho, la “unificación” era utilizada por los políticos como bandera de enganche para el pueblo, provocando que la tensión subiera de tono y así olvidar los problemas internos.
Tanto fue así que en 1979 estalla un breve guerra entre ambos países, pero en esta ocasión, los países árabes presionaron con el fin de que el conflicto acabara y se los gobiernos se pusieran manos a la obra para logran la unificación.
Así es como comienzan las difíciles reuniones para negociar las condiciones. En 1981 ya habían logrado acordar una Constitución que debía servir para el nuevo estado. Esta trataba de contentar a todas las partes. Así, el sistema económico sería mixto, el sistema político, una democracia parlamentaria, con representantes del norte y del sur, y la religión oficial, el Islam.
Sin embargo, este acuerdo sufrió un importante parón al estallar en el Sur una guerra civil, que concluyó con un relevo en la presidencia del país. Por esto, no fue hasta 1990 cuando la unificación, por fin, se llevo a cabo, naciendo la República de Yemen, con Sana como capital. El presidente sería Saleh, que había ostentado el cargo en el Norte y el Primer Ministro, Haydar Bakr al-Attas, el ex-presidente del Sur.
Los problemas, sin embargo, no acabaron ahí. El primer acto del Gobierno provisional casi acaba en un desastre económico: su protesta por las tropas extranjeras acantonadas en Arabia Saudí para participar en la Primera Guerra del Golfo, provocó una furibunda reacción de los Saud. Casi un millón de trabajadores yemeníes fueron expulsados del país, justo lo que no necesitaba la nueva república, cuya débil economía no pudo soportar el nuevo ejercito de parados que supuso su vuelta, creando una grave crisis.
A pesar de todo, la Constitución fue aprobada en referéndum en 1991, aunque no pudieron celebrarse elecciones (por la inestabilidad derivada por la crisis económica) hasta dos años después. Las ganó el Congreso General Popular, el mismo partido que ya gobernara en el Norte. Tras ellos se colocaron los islamistas y, solo en tercer lugar, el Partido Socialista de Yemen, ex gobernantes del Sur. Los tres partidos formaron una coalición de gobierno.
La siguiente crisis sobrevino en 1994, cuando elementos nostálgicos de la antigua República del Sur, intentaron dividir de nuevo el país. Sin embargo, el ejercito norteño, tomó Adén y la guerra acabó rápidamente.
De igual forma, el presidente, reelegido de nuevo, consiguió eliminar las tensiones creadas con Arabia Saudí y ya en 2000, en un acuerdo bilateral, consiguieron firmar las fronteras definitivas de la República de Yemen. Su principal problema en la actualidad es el auge del islamismo wahabbista, que se filtra por la frontera saudí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario